Las personas trabajadoras adquieran las herramientas necesarias para el uso de los nuevos mecanismos derivados de la reforma laboral, potenciando su capacidad de ejercer diversos derechos humanos laborales. Asimismo se integren en la actividad sindical con mayores capacidades, aumentando su participación e incidencia y potenciando, a su vez, a la organización. De la misma forma que promuevan valores democráticos, igualitarios, de no violencia ni discriminación y participación de la mujer.